Los expertos aseguran que los paños de limpieza se contaminan mucho durante el uso, por lo que si se dejan húmedos durante varias horas y no se descontaminan, pueden crecer bacterias en su superficie.
Se cae leche en la encimera de la cocina y pasamos la bayeta. Salpica el cocinado y limpiamos con el mismo trapo. Se cae agua al suelo y… ¿qué haces? Sí: coges igualmente la bayeta y limpias. Y, cómo no, también la coges para hacer una pequeña pasada sobre el hule en el que acabas de comer.
¿Te suena? Es probable que entre un acto y otro ni siquiera enjuagues el preciado paño. Y se pase húmedo días y días en el fregadero de la cocina sin que apenas te acuerdes de él. Lo peor de esta situación es que día tras día, en silencio y sin que lo sepas, va acumulando gérmenes y en realidad, lo que haces, es limpiar con un trapo sucio, restregando los gérmenes acumulados por todos los rincones de tu hogar.
«Aunque pensamos en los paños de limpieza como herramientas para ayudarnos a limpiar las superficies de manera higiénica, la investigación muestra claramente que estas herramientas recogen fácilmente la suciedad y los gérmenes y que, en realidad, pueden actuar como un medio de propagación de los mismos a las manos y otras superficies si no los cuidamos y los usamos adecuadamente», explica el Foro Científico Internacional sobre Higiene del Hogar ( IFH). De hecho, los expertos aseguran que los paños se contaminan mucho durante el uso, por lo que si se dejan húmedos durante varias horas y no se descontaminan, pueden crecer bacterias en su superficie. Eso sí, no es lo mismo desinfectar un trapo que limpiarlo. Según los expertos, lo segundo no implica lo primero así que no pienses que por echar la bayeta a la lavadora la estarás dejando impoluta.
Primero desinfectar y después limpiar
«Las bacterias se adhieren fuertemente a las fibras de la tela, con el resultado de que la limpieza a base de detergente por sí sola no es suficiente», advierte el organismo. Por lo que para limpiar la bayeta bien exige, antes, desinfectarla. Este paso debe darse inmediatamente después de cada uso con un desinfectante eficaz (por ejemplo, lejía, blanqueadores…) o un secado a 80 grados durante 2 horas.
En este sentido, el microondas es tu gran aliado. «Los estudios sugieren que el microondas a plena potencia durante al menos 2 minutos se puede utilizar también para desinfectar paños», asegura la entidad. Si vas a desinfectar con este pequeño electrodoméstico, debes tener en cuenta:
– El trapo debe estar mojado o puede incendiarse.
– Es aconsejable colocar los paños contaminados dentro de un recipiente tapado.
Una vez que ya sabes cómo y cuándo definfectar, ¿cómo mantener los paños limpios? Toma nota de los consejos del IFH:
1. El punto clave es asegurarse de que cuando coges una bayeta para limpiar, debes saber que está desinfectada.
2. No uses el mismo paño de limpieza en toda la casa. Y tampoco para las mismas tareas. Es decir, si utilizas la bayeta para limpiar la suciedad que se ha quedado en la vitrocerámica después de haber hecho la comida, luego no la uses para dejar reluciente la encimera.
3. Siempre debes limpiar el trapo después de que haya entrado en contacto con alimentos crudos, o después de limpiar superficies que han estado en contacto los mismos.
4. Usa paños desechables siempre que sea posible. Por ejemplo, ante un vómito o comida en mal estado que, sin querer, se haya derramado.
5. Limpia la cocina entera cuando hayas finalizado. Después, desinfecta el trapo y échalo a lavar. Para ello tienes varias opciones:
a) Enjuaga con detergente y agua caliente la bayeta y déjala sumergida en agua hirviendo durante dos minutos.
b) Enjuaga con detergente y agua caliente y métela en el lavavajillas o lavadora en un programa que, mínimo, tenga una temperatura de 60 grados.
c) Otra opción es enjuagar con detergente y agua caliente y añadirle un desinfectante.
Además de ello, y lo más importante, es que los trapos se sequen inmediatamente después de la descontaminación y se almacenen secos hasta su uso posterior.
Fuente: https://www.abc.es/
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